sábado, 10 de octubre de 2015

preludio, kaishi.

 Y nos fuimos a china... así de fácil? 
claro que no, en este viaje no hubo nada fácil desde el principio hasta el final . 
Ayss, que nervios! no sé por donde empezar.
Han pasado ya dos  días desde que llegamos. Por supuesto, no caímos en que en China el google, youtube etc están vedados. A no ser que te llames Romain, seas un poco friki del internet y hayas encontrado en los confines de la red un software maravilloso que te deje usarlo. Pero yo me llamo Rosa, y la tecnología cuanto más lejos, mejor. 
Lo primero que quiero aclarar antes de comenzar con el relato de aventuras y desventuras, es que 
1. soy humana y mi opinión es subjetiva, ANTE TODO. Soy incapaz de escribir de forma imparcial, perdonadme. Pero como para poder juzgar deberíais haber estado allí quedáis a merced de mi juicio, eso si, conste que hasta en los peores momentos siempre hubo luz.
 Y 2. No hablamos chino, y eso vuelve cualquier situación sencilla un infierno. 
Así, dicho esto, entre dos suspiros, comenzó el viaje. 
15 de julio, salida de Madrid.  Y mucha emoción, expectación nerrrvios, y por supuesto cierta desconfianza. No dormí nada esa noche.

Es difícil caminar a oscuras e intentar dejarte llevar, y por lo que a mi respecta iba derechita al abismo. ¿China? ¿Qué sabía yo de china? Era un país muy grande, con muchos chinos, palillos, comida china y poco más.  El motivo esencial del viaje era ir a un templo shaolin a practicar el deporte que nos apasiona: el kung fu.  
¿ Y qué es un templo shaolin? Un templo budista, con monjes que viven allí, cumpliendo con sus votos y que además tiene una escuela de kung fu, aparte de ellos, con profesores que NO son monjes, de hecho muchos suelen casarse y tener hijos. Pero vivir allí es terriblemente esclavo, incluso para los chinos, así que no duran mucho. 



esto es Fa wang, el templo a donde nos dirigíamos.

Los alumnos son niños de entre 5-18 años, allí reciben una educación física y una disciplina increíbles ,pero unos conocimientos generales (mates, conocimiento del medio...) bastante pobres. Y no saben una palabra de inglés. Entrenan unas 10 horas al día de media, con descansos, y los meses de Enero y Febrero los pasan fuera con la familia, el resto del tiempo viven allí, y no salen del templo, no se les permite bajar al pueblo a no ser que sean mayores, y como mucho un finde cada mes. Como una especie de internado.
¿Y cuánto tiempo pueden quedarse allí? Sólo hasta los 18.
Bueno, estudiar en china no es gratis, por muy ¨comunista¨ que sea, así que no todos los niños estudian y si encima quieres que tu hijo tenga una educación de cierta calidad, puesto que las públicas aparte de estar abarrotadas al parecer son bastante nefastas, supone un esfuerzo económico considerable para la familia. Muchas no se lo pueden permitir. De la locura de entrar en la Universidad ya ni hablamos. Ser estudiante en China es un privilegio, no un derecho. 
Los niños que van al templo o alguna de las múltiples escuelas de kung fu que hay en China reciben una formación que les abre la puerta a ser profesores, a ejercer como guardaespaldas, o vigilantes y un puñado de privilegiados a salir fuera de China y montar su propia escuela. Para eso tienes que ser MUY MUY bueno y estar tocado por alguna estrella. 
En Fawang íbamos a quedarnos un mes y después pensábamos pasar dos semanas viajando por china. En total mes y medio.
Fawang está en el corazón de China, en la provincia Henan, en un pueblo llamado Denfeng (<3 ) . Para llegar allí volábamos hasta a Beijin, haciendo una escala en Helsinki, y después cogeríamos un tren rápido, ( el primero y el último )  hasta Zhenzou, ciudad principal de Henan, y de allí un bus de varias horas (2 y pico, dependiendo del trafico)  hasta Denfeng y, una vez ahí un taxi aaaaaal fin FAWANG. Un paseíllo. Bueno, todo parece fácil sobre papel. 






























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