LLEGADA AL TEMPLO
Llevábamos ya viajando sin parar ... pues calculemos, (solo horas
prácticas) 4 horas de avión mas 8, más 3 de escala, más las 4 horas para coger
el tren y 4 más de viaje en el mismo, luego dos horas y pico, casi tres hasta
Denfeng. El caso esque ya estábamos a 16 y era de noche allí, cuando al fin
llegamos a Denfeng.
Cenamos unos noddles fritos (más buenos)en una calle muy popular del
¨pueblo¨, que estaba abarrotada de puestos vendiendo batidos de frutas,
brochetas, platos diversos, empanadillas... me pareció una forma genial de
cenar, te coges tu comida o la encargas en el puesto que mas te guste te
sientas en una mesa próxima, y te lo sirven. Una forma muy popular de cenar en
China, lo vimos en varias ciudades mas, pero ninguna con el sabor de Denfeng.
Masai no nos dejó pagar. Otra vez.
Después de cenar cogimos un taxi y llegamos a Fa wang.
CONTACTO CON EL TEMPLO
El templo estaba subiendo una carretera curvilínea, salpicada de
restaurantes y bares, y gente subiendo y bajando. Al parecer era el paseo
nocturno en Denfeng. El templo estaba arriba del todo, cuando hacia rato
que dejamos atrás el ultimo bar. Estaba completamente a oscuras cuando
llegamos. Traspasamos los muros rojizos, por una ruinosa puerta de madera, y
entramos. Solo había una luz de neón que iluminaba los lavaderos y poco más.
Absorbíamos cada detalle, escudriñando la oscuridad.
Había una tiendecita donde nos dieron un cubo a cada una, un jabón,
una toallita, cepillo de dientes, pasta y detergente, dos trajes y dos pares de
feiyue, y una sonrisa entre cariñosa y divertida. En la tienda estaban 3
maestros charlando y bebiendo te, los niños ya se habían ido a dormir. Había
únicamente dos chicos franceses, uno rubio de pelo ensortijado y otro
moreno de mirada oblicua (nunca supe si tenia algo de estrabismo o esque miraba
así). El moreno se nos presentó, hablando un ingles afrancesado,y
pedante: se llamaba Thomas. Me cayó bastante mal. El otro era Lucas,
suizo y hablaba considerablemente bien Chino, nos dijo Masai, por que vivió
alli 4 años cuando era pequeño. Ni se acercó.
Respiramos hondo, sonriendo felices: estábamos en casa.
SÁBADO: Como llegamos para el finde, Masai decidió tomárnoslo libre y visitar con nosotras el templo Shaolin , uno de los sitios turísticos mas importantes de China. Asique a las 5 en pie, nos vestimos con el traje, pillaron bollos para desayunar y nos fuimos con los amigos chinos pa shaolin.
Cuando se dice Shaolin os podéis imaginar un templo y monjes alrededor, o algo parecido . En verdad es bastante más que eso. Es mas como un parque natural, con montañas, bastante extenso. El templo en sí es bastante poca cosa, con solo 3 niveles creo recordar ( Fa Wang tiene 5 o 6 si no me equivoco) tremendamente masificado, y eso que llegamos a las 6 de la mañana. Hay mas templitos arriba en las montañas, en la cima de la montaña de la muerte de shaolin, (1/5 de la de Fa Wang pero eso nosotras aún no lo sabíamos, bendita ignorancia.)
Henos aqui en la entrada a Shaolin, gracias a Dios a esas horas no
había mucha gente pasando.
La montaña de la muerte de Shaolin:
Foto típica en la entrada del templo
Esto es una de las salas del templo, con dioses budistas. Esta prohibido hacerles fotos asique es la única que tengo. Y la hice antes de saber que estaba prohibido!
Como era nuestro segundo día en China, aún conservábamos la
inocencia y la amabilidad y aceptamos hacernos fotos con muchos chinos que nos
lo pedían... hasta que aquello se pasó de rosca y ya no nos dejaban casi andar,
tuvimos que ponernos firmes. Los chinos son así, no tienen piedad cuando quieren
conseguir algo. Pero se toman las negativas divinamente.
Volvimos en taxi al pueblo, comimos en un restaurante (que se
convertiría en habitual, porque sabíamos que pedir y como llegar), subimos al
templo, hicimos las maletas y nos fuimos pa Zhengzhou.
Nuestro plan (o mejor
dicho, el de nuestros amigos chinos) era ir a Kaifen, una ciudad históricamente muy importante de la región,
y de las pocas cosas turísticas que tiene.
Henan es una provincia bastante pobre, y quitando el templo Shaolin, Kaifen y la espantosa Zhenzhou (no vimos ciudad mas caótica en China como esa) no hay más. Pero en China, como en muchas partes del mundo, las joyitas se hayan escondidas a salvo del pastoreo turístico, que arrasa con la personalidad de los lugares. Lo más bonito suele ser lo menos turístico y por tanto lo más complicado de acceder. Y si encima no hablas chino, mission impossible.
Henan es una provincia bastante pobre, y quitando el templo Shaolin, Kaifen y la espantosa Zhenzhou (no vimos ciudad mas caótica en China como esa) no hay más. Pero en China, como en muchas partes del mundo, las joyitas se hayan escondidas a salvo del pastoreo turístico, que arrasa con la personalidad de los lugares. Lo más bonito suele ser lo menos turístico y por tanto lo más complicado de acceder. Y si encima no hablas chino, mission impossible.
Mi consejo es tratar de hacer amigos en la zona. ;)
Y cómo
dijo mi maestro antes de partir: si chica buena y simpática, chinos buenos y
simpáticos. Y tenía razón. No sé si por la novedad de ver dos
chicas jóvenes lawai (nos echaban menos años de los que teníamos) rubias, y con los ojos azules, algo que les deja sin
aliento a algunos, sobre todo a la gente más humilde , el caso esque se portaron en general increíblemente bien con
nosotras. Y se lo agradecimos de corazón. Así que si veis algún turista chino
vagabundeando por Madrid reflex en mano, sed amables con él. Son buena gente
y además valientes si han llegado hasta ahí sin saber español. And what goes
around, comes back around. ;)
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